¿Qué relación puede establecerse entre la basílica altomedieval de Dulantzi y los poderes nobiliares y monasteriales que controlaban el territorio vasco en la Alta Edad Media? Analizamos esta cuestión a partir un estudio reciente que concluye que San Martín de Dulantzi (o tal vez debiéramos decir ‘Santa Pía‘) era «en el siglo X una iglesia señorial asociada a una familia de cierta entidad territorial» que podemos identificar con el linaje familiar de los Gaona.
Cita: Alfaro Suescun, E., Loza Uriarte, M., Niso Lorenzo, J. y Solaun Bustinza, J. L.. 2017: “Iglesias, rentas y sistemas de almacenamiento en el País Vasco durante los siglos x y xi d. C.: el testimonio arqueológico de San Martín de Dulantzi (Alegría-Dulantzi, Álava)”. Archivo Español de Arqueología, 90: 247-270. doi: 10.3989/aespa.090.017.011
La basílica bautismal tardoantigua hallada en 2009 en una intervención de urgencia por Miguel Loza y Javier Niso en la calle Nuestra Señora de Aiala de Alegría-Dulantzi aporta información clave para la reconstrucción histórica de Vasconia en los siglos oscuros entre el final de Roma y el principio de la Baja Edad Media (siglos V-XI). Es asimismo un elemento que ilumina y da cohesión a nuestro conocimiento de la diacronía del euskera y la evolución de sus dialectos, en particular al origen de la variedad occidental (según la denomina Koldo Zuazo, también llamada ‘dialecto vizcaíno’ o bizkaiera).
Uno de los aspectos más destacados de la basílica es la sepultura privilegiada de una mujer, hallada en la parte izquierda del ábside o sanctuarium, que Miguel Loza interpreta como la probable reliquia de una santa, posiblemente además aristócrata y mártir. La sepultura de la santa es la mayor y una de las dos más antiguas del yacimiento (primera mitad del siglo VI) y sería anterior a la construcción de la propia basílica protoparroquial y, por supuesto, muy anterior a la iglesia románica del XII, con advocación a San Martín.
¿Hablaba Secundiano de Arratia un derivado occidental depreprotovasco? En caso de que lo hiciera, ¿podría un hablante de Arratia haberse entendido con otro del Alto Garona en sus respectivos dialectos protovascos del siglo III? En esta entrada vamos a explorar esta posibilidad, al hilo del artículo Lakarra (2014) ‘Reflexiones en torno a la dialectología diacrónica del euskera’. Nuestra conclusión será negativa: Ambas variantes llevarían desconectadas un mínimo de diez siglos y con seguridad serían ininteligibles entre sí. Si de algo podemos estar seguros es de que la lengua vehicular de los pobladores del Cantábrico oriental y del sur de Aquitania en los siglos finales del Imperio no pudo ser otra que el latín. La fragmentación y expansión del euskera a partir del siglo VI requiere como vamos a ver una explicación alternativa a la de la koiné de dialectos protovascos.
Y es que, como a Lakarra, nos intrigan las novedades que sobre la Vasconia tardoantigua y altomedieval (siglos V-VIII) pueda aportar Mikel Pozo en su tesis. En esos siglos se esconden las claves que explican el origen de los dialectos vascos actuales. En los siglos V-VI situamos el desarrollo del vasco común antiguo (Mitxelena 1981, Zuazo 2010, Lakarra 2014). De ese tronco común se desgaja entre los siglos VI-X la rama occidental, que se expande desde la Llanada Alavesa (o Álava nuclear)hacia la Rioja Alta, zonas limítrofes de Burgos (Mitxelena 1976, Peterson 2010), así como hacia los valles cantábricos, entre las cuencas de los ríos Deba y Nervión (Zuazo 2010).
Nos hemos reunido con Mikel Pozo en un par de ocasiones, así como con su director de tesis, Juan José Larrea, con la esperanza de obtener algún anticipo, pero mutis. Sin embargo, desprovisto de los pormenores, Lakarra en su nota 150 ofrece este sustancioso avance (la traducción es nuestra):
Existe en el siglo V unaformación sociopolítica singular en el territorio que abarca la cuenca de Pamplona y los Pirineos, que se expandirá hacia el oeste en las generaciones posteriores y que tendrá conexión directa con el origen del reino de Pamplona a partir del siglo VIII.